13 de agosto de 2007

La Patria como sentido

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El tema de la Patria ha dejado de ser una construcción curricular ligada a los procesos de enseñanza-aprendizaje de Estudios Sociales o de Cívica en el ámbito escolar. Ahora la Patria es un contenido político. Está en todas partes. Al principio el lema fue “La Patria vuelve”, que incorporó sin escrúpulos la letra y música del himno “Patria”, que todos cantamos de niños y jóvenes, mientras que el eslogan de hoy “La Patria es de todos”.
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Por Fausto Segovia Baus

El himno “Patria” fue compuesto por Manuel María Sánchez y la música por Sixto María Durán, quienes, lamentablemente, no han sido reivindicados en los créditos. De las nueve estrofas de “Patria” se utilizan dos, que los escolares ecuatorianos cantan desde 1929, y que fueron reconocidas por Nicolás Jiménez como “nuestro segundo himno nacional”:
“Patria, tierra sagrada de honor y de hidalguía,/ que fecundó la sangre y engrandeció el dolor,/¡cómo me enorgullece poder llamarte mía,/mía, como a mi madre, con infinito amor!
“Por tus cruentos martirios y tus dolientes horas,/ por tus épicas luchas y tu aureola triunfal,/por tus noches sombrías y tus bellas auroras,/cúbrenos siempre ¡Oh Patria! con tu iris inmortal”.

Conceptualmente la palabra Patria viene del latín patr_a, familia o clan igual patris. La Patria, según el himno de Manuel María Sánchez, alude con fuerza a la noción secular de familia, que asocia, según el laicismo, la Patria con la madre, la Patria con el hogar. La Patria según este discurso es tan elevado como el amor a la madre, es un santuario laico, una “tierra sagrada de honor y de hidalguía, que fecundó la sangre y engrandeció el dolor”. La trama heroica de la Patria se funde en última instancia con el orgullo y la pertenencia: “¡Cómo me enorgullece poder llamarte mía!”.

La “lectura” del discurso de Correa debe contextualizarse. La Patria fue saqueada, olvidada y utilizada por las mafias –según Correa-; en otros términos, por la derecha. Ahora, la Patria “vuelve”, es decir, es la esperanza, el cambio que se avecina y la recuperación de la soberanía, con el socialismo del siglo XXI.

El pueblo y la Patria se incorporan en el discurso de Correa para confrontar a los que supuestamente destruyeron al país. Este ánimo contestatario se enmarca dentro de una lógica política que sitúa a los unos con la partidocracia y el pasado, y a los otros -su gobierno- con el cambio y el futuro. Para ello sacraliza a la Patria mediante un concepto unidimensional de Patria que, antes de integrar o incluir, excluye a los que no están de acuerdo, a quienes los afilia a la corrupción y al pasado. Este sentido de Patria puede ser un sesgo peligroso, aún cuando se repita con insistencia que “la Patria ya es de todos”. ¿De todos los que aplauden el discurso unívoco de Correa?

La Patria es mucho más que un discurso excluyente o un sentimiento patriotero. Por lo tanto, no agrada el uso abusivo de los símbolos patrios.

Digámoslo claro: el irrespeto es general. Nadie respeta lo que significa la Patria y sus valores, porque todo se ha banalizado y manipulado en nombre de la oportunidad, ahora con el apoyo de la mediática.

Lamentablemente –y hay que denunciarlo- es el propio gobierno el que utiliza una de las canciones patrias más emblemáticas “!Patria, tierra sagrada!” que, con fervor, todos, sin excepción, la hemos cantado desde niños en momentos especiales como la Jura de la Bandera y cuando recordamos hechos heroicos como la Batalla del Pichincha, la Batalla de Tarqui y la victoria de El Cenepa, entre otras celebraciones. Las Fuerzas Armadas del Ecuador en sus gallardos desfiles cantan “!Patria, tierra sagrada!”, y la han incluido en discos de la milicia, CDS, videos junto al Himno Nacional.

Por esta razón causa mucha pena, por decir lo menos, que el gobierno y los patrocinadores de la campaña a favor de la asamblea, menoscaben este patrimonio cívico de los ecuatorianos. No es posible que las canciones del Ecuador sean usadas para propósitos políticos coyunturales, en menoscabo de ese patrimonio. Los ciudadanos y ciudadanas de bien no podemos aceptar este desacato y ofensa a la dignidad de la Nación, y exigimos una inmediata rectificación.
Por último, los niños y niñas del Ecuador constituyen la reserva moral del Ecuador, por lo que resulta un acto antidemocrático imponer una o varias canciones cívicas, en el medio escolar, como parte de una estrategia publicitaria del gobierno, con propósitos políticos partidistas.

Basta de autoritarismos.

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